La calidad democrática en España ha disminuido significativamente según los principales rankings internacionales: V-Dem, The Economist, IDEA y Freedom House. Estos informes destacan un deterioro en áreas clave como la independencia judicial, la transparencia gubernamental y la libertad de expresión. Factores como la intervención del poder ejecutivo en el sistema judicial, la polarización política, restricciones a derechos civiles mediante la «Ley Mordaza» y casos de corrupción han minado la confianza en las instituciones democráticas. Aunque España sigue siendo una democracia, se enfrenta a desafíos importantes que requieren reformas profundas y un compromiso político genuino para revertir esta tendencia negativa.