A todos aquellos que acudís a las farmacias estos días en busca de mascarillas y otros recursos recomendados para la lucha individual contra el coronavirus y os dais cuenta que ya no hay. A vosotros os dedico este post. Seguro que es la primera vez en vuestra vida de humano occidental que os sucede. Querer algo, y que ya no exista.  Y que los pocos que lo venden, digamos en el marcado «negro» de la red, han subido los precios cerca de un 1000%. Ahora sabéis tres cosas que desconocíais.

  1. Una mínima sensación de lo que es la carencia. Imagina ahora lo que pasa en países donde falta continuamente pan, leche y otros productos básicos
  2. Que tu gobierno y administración pública ha permitido por no tomar decisiones adecuadas que esos precios se permitan.
  3. Que toda esa gente que vende una mascarilla por 20 euros, el día que sea pan o leche te lo cobrará aún más alto.

Sí; te acabas de dar cuenta que esto sigue siendo más el Oeste de lo que pensabas, y que a tu alrededor hay más hijos de puta que los que tenías apuntados. Bienvenido al mundo real. Tú lo has creado, ¡te jodes!.