Hace más de 3000 años el faraón Akhenaton, se adelantó a su época en varios siglos y promulgó que todos los Dioses de Egipto eran una «txusma», había que derribarlos e imponer a un solo Dios «Atón». Un Dios que decía que todos los hombres eran iguales y que no tendría que haber ricos ni pobres… El pueblo NO pudo aceptar estos cambios, querían seguir bajo el yugo de Amón, y los esclavos querían seguir siendo maltratados y los sacerdotes, estaban mejor gestionando el dinero. Cada cual, con su destino, no le dieron una oportunidad al bueno de Atón y al inspirado faraón. Necesitaban seguir adorando a Amón porque todos los hombres no eran iguales, y así había sido siempre, y así debía seguir siendo.
moraleja. si la sociedad no está preparada para los cambios bruscos, pues vamos poco a poco. pero cambios tiene que ir habiendo siempre…